domingo, 17 de enero de 2010

Mucho más que un simple reportaje

A sangre fría



Todo empezó en noviembre de 1959, cuando Truman Capote leyó en The New York Time la noticia del asesinato de la familia Clutter en un pueblecito de Kansas. Lo que despertó su curiosidad no fue el asesinato en sí de aquellas cuatro personas (el padre, la madre y dos de sus hijos) sino el efecto que había provocado los terribles acontecimientos aparentemente inmotivados, en una comunidad tan pequeña y aislada como Holcomb.

A partir de ese momento, el autor comenzó a investigar, a interesarse por el fatídico caso y a escribir acerca de lo sucedido. De esta manera surgió la obra maestra de Truman Capote, “A sangre Fría”.
Está escrita como una novela, pero refleja la realidad de los hechos hasta el más mínimo detalle. Describe a los personajes de una manera minuciosa, conoces todo acerca de ellos, sus sentimientos, sus pensamientos, su forma de amar, de entender la vida, sus delirios, locuras, preocupaciones… No se le escapa ni un solo detalle en su descripción.

Es inevitable cuando lees esta obra el no quedarte asombrado ante la combinación del uso de las técnicas periodísticas con las literarias. En su momento, cuando la novela salió a la luz fue pionera en este nuevo campo, a caballo entre la literatura y el periodismo.
El autor consigue que el lector conozca y sienta aprecio por los Clutter, la familia asesinada, antes de ser atacados.
Al igual que hace con los asesinos, consigue caracterizarlos tan bien que realmente llegas a conocer como son, te los imaginas físicamente e incluso puedes conocer su reacción ante distintas situaciones. Esta combinación hace que cuando lees el momento del asesinato, realmente llegues a visualizar todo lo que sucedió en esa casa en 1959.

Capote a lo largo de sus investigaciones consigue encontrar detalles, tanto de la familia, como de los asesinos e incluso de la gente del pueblo (muy afectada por lo acontecido), que le hace todo más real al lector.


Hay un estudio muy detallado de cada uno de los personajes, tanto de la familia asesinada, como de los culpables del atroz suceso. Pero lo que llama realmente la atención es el conocimiento que el autor tiene de los asesinos. Realmente en su obra consigue caracterizarlos de forma casi exacta, los conocía tan a fondo que se pudo permitir el lujo de reproducir situaciones y conversaciones en las que no estuvo. Y explico esto. Cuando digo que reproduce conversaciones en las que no estuvo, es porque Truman conocía a los asesinos, estuvo con ellos en el transcurso de la elaboración de la obra, les conocía a la perfección. Sabía todo acerca de su vida.
En la novela, aparece una carta muy peculiar del padre de Perry, uno de los dos asesinos, en ella narra con todo detalle la infancia, juventud y madurez de su hijo.
A partir de esa carta, te das cuenta de cómo funciona la mente de un asesino, el odio que puede llevar dentro una persona, y descubres cómo y porqué es capaz de asesinar a sangre fría y sin ningún tipo de escrúpulos. Se trata de personas con una personalidad desordenada, con problemas sociales graves, y que no reciben ningún tipo de ayuda, al contrario, la sociedad les machaca cada vez más y más, hasta que llegan al punto de cometer tales disparates.



A Sangre Fría lleva al lector a los lugares más recónditos de la personalidad, mostrando los límites o abismos que llevan a un individuo a olvidar su condición humana y transformarse en una bestia. En algún punto, el autor trata de justificar esas actitudes. Se dedica a contar lo triste que ha sido la vida de los asesinos ya que muestra su dura infancia, los complejos, su falta de sentido de los valores... que incluso se llega a familiarizar con ellos, causando que las personas sientan lastima de esos dos "infelices", "victimas de una sociedad injusta".
Toda la obra mantiene al lector en tensión, el autor consigue que mentalmente visualices cada una de las situaciones que describe. A pesar de comenzar con una gran entrada, una presentación del lugar, de la familia Clutter, de los paisajes… el final es colosal. Provoca la reflexión de la persona que lo lee.

Sin lugar a duda Truman Capote, uno de los más brillantes escritores estadounidenses del siglo XX y un lúcido analista, es uno de los pocos que podría haber hecho una obra de estas características. Difícilmente superable.

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