jueves, 29 de octubre de 2009

Ciencia ficción en los años 70


La Guerra de las Galaxias.
Episodio IV



¿Qué se puede decir del Episodio IV que no se haya dicho ya?. Lo más seguro es que la mayoría de vosotros ya lo sepáis todo sobre esta película.

Antes de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, los efectos especiales eran un factor totalmente secundario y desprestigiado en el mundo del cine. Tan sólo en alguna película se lo habían tomado con seriedad. Los escasos especialistas en efectos especiales que existían trabajaban por aquí y por allá, sin estar organizados ni tener los medios necesarios para desempeñar su tarea. Los estudios de cine no tenían un departamento de efectos especiales, y cuando los necesitaban para alguna de sus películas, recurrían a esos escasos técnicos, que con “cuatro duros” hacían lo que mejor podían.

George Lucas, consciente de ello, y sabiendo lo que quería para su película, es decir, unos efectos especiales de un nivel no visto hasta entonces, creó en 1975 la Industrial Light & Magic (la primera compañía de efectos especiales de la historia).


A mediados de los 70, Lucas ya manejaba un proyecto basado en el cine de samuráis y muy influido a su vez por las series clásicas de Flash Gordon (es una historieta de ciencia ficción creada por el dibujante Alex Raymond el 7 de enero de 1934 para el King Features Syndicate, como página dominical (sunday strip), y continuada luego por diversos guionistas y dibujantes, entre los que también destaca Dan Barry. Surgida para competir con las aventuras de Buck Rogers, rápidamente desarrolló un éxito muy superior y más perdurable en el tiempo, gozando de adaptaciones a otros medios y constituyendo probablemente el icono más conocido de la ciencia ficción visual hasta la aparición de Star Wars).


De estas primeras tomas de contacto, existen multitud de borradores de los guiones iniciales; la semilla de lo que posteriormente pasaría el amor film del entretenimiento y, sin duda alguna, el icono por excelencia del último cuarto del siglo XX.


Lucas contempló la posibilidad de que fuera una serie de varios episodios, al principio Luke iba a ser una mujer, después una criatura, después se llamaría Luke Starkiller…, cantidad de anécdotas y miles de vicisitudes.


Durante la grabación, los desconocidos actores no daban crédito a lo que estaban rodando. Los efectos especiales, tal y como están planteados en “Una nueva esperanza”, eran casi inéditos para la época, y la imaginación manejada por el equipo, sorprendió a todo el mundo.


El duelo de espadas láser, los insólitos combates de cazas espaciales, sacados directamente de algún documental de la 2ª Guerra mundial, los diseños de los soldados y el aspecto del mismísimo Darth Vader rompieron todos los esquemas vigentes hasta el momento en el cine de entretenimiento.


Aunque suene algo raro, no me había parado a ver esta gran obra del cine, todo un clásico que tenía aún sin visualizar. Analizándola y adentrándome hasta donde he podido, me he dado cuenta que, sin lugar a duda realizar este tipo de película en los años 70 era un gran riesgo que Lucas supo asumir y resolver de forma excepcional, eso sí, dando algunos retoques que hemos podido ver en este Episodio IV y que en la primera entrega no vimos.







¿SEGUNDAS PARTES NUNCA FUERON BUENAS?


Hace dos años, los directores Jaume Balagueró y Paco Plaza supieron aportar algo de originalidad al cine español al realizar una película de terror, REC, alejada de los cánones habituales de nuestro cine, y que además contó con una excelente respuesta en taquilla, es más, esta película tiene un remake (Quarantine). Sin embargo, con esta segunda entrega no han sabido conectar con el público que tan bien lo pasó en el primer film.

La película empieza dónde terminó la acción de la primera parte, en ese edificio de la Rambla de Cataluña, que tan buenos sustos dio, y yo creo que ese es el único acierto que tienen.

Un grupo de GEOS entran en el edificio de la infección, con un representante del Ministerio de Sanidad para investigar el foco de la misma, pero todo tomará un camino inesperado cuando los policías se den cuenta de que el representante del Ministerio no es quién dice ser.
En estas primeras escenas la imagen va cambiando continuamente. Se producen diversos movimientos de cámara, que lo único que consiguen es marear al espectador. Aunque hay que decir que el montaje es muy bueno, pero se malogra con la repetición de escenas.

A partir de aquí comienza un festín de vísceras, sangre…acompañado de niños poseídos y demás excentricidades de difícil digestión. Si no se conecta desde el primer momento con la trama, estás muy a disgusto el resto de película.
La primera parte te enganchaba, hacia que estuvieras pegado a la butaca… te sumergías poco a poco en un ambiente cada vez más tenso, pero en esta entrega no lo han conseguido. Me atrevo a decir que roza más la comedia barata que el terror.

A pesar de que explica la razón por la que ocurren todos esos hechos paranormales en el edificio, lo hace cayendo en tópicos, en copias de otras películas, sin aportar nada novedoso ni interesante a la trama, y es una pena, porque REC sí que te contaba una historia nueva.

Muestran un final tan abierto, que aunque dicen no rodar la tercera parte, me temo que pronto vendrá otra entrega, y si segundas partes nunca fueron buenas….imaginar la tercera.