lunes, 19 de enero de 2009

Artículos Revista Telos


Nativos digitales

Los “nativos digitales” son personas que se han adaptado con facilidad a las infotecnologías, a la era de la web 2.0 y utilizan Internet con frecuencia.

Suelen ser personas con un nivel formativo medio-alto, al igual que el poder adquisitivo de sus familias, y están interesadas en realizar búsquedas en la Red, consultar, descargar contenidos multimedia (normalmente vídeos y música) o generar los suyos propios, incluso por encima de los que ofrecen los medios de comunicación masivos convencionales (radio y televisión). ¿Quién no ha visto videos colgados en Youtube de personas realizando actividades de lo más variopintas?

Es muy normal, de hecho creo que prácticamente la mayoría de personas que se encuentran en la blogosfera están presentes en más de un sitio de redes sociales, como son Facebook, donde el 40,9 por ciento de los usuarios tiene más de 35 años, o Tuenti. En este caso, el perfil de usuario baja a los 18,o 25 años de media.

Genís Roca lleva ya un tiempo analizando el concepto de nativos digitales y narrando casos concretos. En uno de sus posts, y analizando el caso de Victoriano Izquierdo, identificaba las características propias de estos nativos:

- Se trata de personas que les gusta crear, les gusta mucho crear, y lo digital lo hace posible.

- Utilizan la red como elemento socializador, intercambio de ideas, conocimiento de personas…

- Aprenden a navegar por la red y gozan de las múltiples posibilidades que ésta ofrece.
- Participan de la conversación..., exploran…

La expresión “digital natives” fue lanzada por Marc Prensky en oposición a “digital immigrants” (los inmigrantes llegados tarde a las TIC), en un ensayo publicado en 2004 bajo el título The death of command and control (La muerte del mando y control).

Pero…, yo creo que nosotros somos esa generación de nativos digitales. Tuve la suerte de acudir el otro día en la Universidad IE, a una charla que ofrecieron el jefe de fotografía del Norte de Castilla, Ramón Gómez, y el coordinador multimedia y hablaron sobre el término, y yo entendí que nosotros, los jóvenes entre 16 y 25 años, hacemos honor a ese concepto. Nos hemos topado de alguna manera con la era digital, estamos registrados por lo menos, en dos redes sociales, nos desenvolvemos muy bien con las tecnologías, interactuamos, por lo tanto, somos nativos digitales.

Podríamos decir, que los “nativos digitales” muy especializados en la materia de Internet, nos ayudan poco a poco a abrir aún más si se puede, las puertas del futuro.


Datos personales

Hay quién aún no se ha enterado de los problemas que puede llegar a causar revelar datos personales a través de la red.

La mayoría de los usuarios no son conscientes de los riesgos de facilitar información personal en las redes sociales.

La existencia de esos riesgos a la hora de ofrecer información personal, es una evidencia que acarrea diversos problemas.

Algunos usuarios ignoran la existencia de ajustes de privacidad. Otros en cambio, sacrifican voluntariamente su privacidad, como hacen los jóvenes en EEUU que parecen estar encantados de proporcionar datos personales y muy pocos optan por limitar sus preferencias de privacidad.

En el caso de los jóvenes, la presión de otros jóvenes podría ser también un factor importante para la revelación de información privada.

Lo que es un grave problema es que la red social no siempre establece con claridad si los usuarios son dueños de sus propios datos personales o si la propietaria de esos datos personales es la propia red social.

Como puede observarse en su política de privacidad, Facebook, por poner un ejemplo, cita lo siguiente:

“Facebook conserva los datos de sus miembros: «Cuando usas Facebook, puedes crear tu perfil personal, formar relaciones, enviar mensajes, realizar búsquedas y preguntas, formar grupos, crear eventos, añadir aplicaciones y transmitir información por varios canales. Recopilamos esta información de modo que podamos proporcionártela con el servicio y ofrecerte características personalizadas. En la mayor parte de los casos la retenemos de modo que, por ejemplo, puedas regresar para visualizar mensajes previos que has enviado, o ver fácilmente tu lista de amigos. Cuando actualizas información, por lo general guardamos una copia de seguridad de la versión previa durante un periodo razonable de tiempo para habilitar el retorno a la versión previa de aquella información»

Esto suscita muchas preguntas acerca de la intimidad de una persona. ¿ Al hacerte miembro de una red social, te muestras desnudo ante ella?, ¿no existe un límite?.

Normalmente en estos lugares, como son Tuenti, Flickr (he tenido contacto hace muy poco con esta red) hay fotos, datos y detalles muy importantes y personales de más de uno, que pueden quedar a la vista de gente que no desearíamos que lo viese, o incluso, pueden ser reunidos con fines comerciales.

Los datos se acumulan, fuera de nuestro control y aunque no se utilicen ahora quizás sí se utilicen más adelante.

Al quedar almacenados los datos, pueden saber las películas y la música que te gusta, hacer un perfil tuyo y esto puede servir para el márketing, para vender y, evidentemente, también para hacer estudios de las aficiones de la gente en función de su edad y sexo. En principio esto no tendría porque ser un problema, pero no deja de ser un riesgo si no sabes cuál será su finalidad.

Ante tanta polémica y para encontrarnos seguros ante éste caos, existen soluciones:

no subir datos relevantes a estos sitios o agregar a la gente que realmente conoces o quieres que te conozca.

Deberíamos cuidarnos mucho a la hora de agregar contactos nuevos a nuestros perfiles.

Y por supuesto ser precavidos ante lo que publicamos en las cuentas, me refiero a comentarios, etc.

Y es que... la vida digital cada vez es más pública.




Capital Social

Cuando hablamos de redes sociales, cabe preguntarse, porqué son importantes.

Las redes sociales, lógicamente y como todos sabemos, no son de siempre, han surgido hace relativamente escaso tiempo. Pero se han hecho muy importantes.

Las redes alcanzan gran valor porque generan lo que se conoce como “capital social”.

“Capital” es sinónimo de valor, “Social” es el valor que atribuimos a las personas que conocemos.
Así, una persona con redes sociales fuertes es una persona que ha generado un gran capital social del que se beneficiará enormemente.

Capital Social entendido como valor personal. Al encontrarnos registrado en una red social, interactuamos con personas ya no sólo de nuestro entorno, sino que se generan nuevas amistades, conoces gente nueva.

Al relacionarte, formas una red, un conjunto. Y al establecer ese vínculo social, se convierte en un valor, en un capital. Ese valor social, a la larga te genera satisfacciones, ya no por el hecho de situarte en la red, sino de compartir y generar conversación con otras personas.


Pero como en todo, existen controversias.
¿Internet aumenta o disminuye el capital social de las sociedades?

Hay estudios que demuestran que la falta de comunicación “face to face”, disminuye el capital social, ya que pueden surgir dudas respecto a la otra persona y falta de confianza.

Por otro lado, sabemos que Internet facilita la comunicación y puede ayudar a construir el capital social, ya que invita a las relaciones y conversaciones con otras personas, aunque no sea cara a cara.

Entendido de esta manera, las redes sociales facilitan la comunicación, la interacción



Diferencia existente entre el concepto de Identidad de los años noventa y el concepto de Identidad actual y cómo lo relacionas con el contexto de web semántica y web social en el que se insertan.

En primer lugar, la identidad es el conjunto de rasgos propios que caracterizan a un individuo frente a los demás. Es una suma de detalles, de atributos, de historia.Los investigadores de la identidad reconocen que la formación de la misma es un proceso complejo en nuestras sociedades.

Ahora con todo el lío de protección de datos, privacidad, es todo más complejo y requiere un estudio meditado de la situación antes de dar un paso en falso.

Antiguamente, las personas no se enfrentaban con altos niveles de elección sobre cuestiones fundamentales de significado personal, como sucede actualmente en las sociedades occidentales.

La tecnología de la Red parece estar añadiendo otro componente a esta complejidad, ya que proporciona a los usuarios nuevos medios a través de los cuales pueden procesarse diversos aspectos de la formación de la identidad.

Las diferentes maneras de autopresentación y la enorme cantidad de datos que se pone al descubierto en las redes sociales han suscitado diversos debates en relación con los problemas de identidad.

Los jóvenes utilizan las redes como terreno de juego para su autoexploración, crean diferentes identidades en red y participan en un proceso continuo de redefinición de la identidad. El acto de unirse a una red social es en sí mismo un acto de presentación de uno mismo en una comunidad interrelacionada en red. Cuando creas un perfil determinado, estas creando una identidad.


La “web social” seguirá evolucionando, acercándose a la “web semántica”, ya que se complementan entre sí, a pesar de ser consideradas como dos culturas diferentes.
Ese acercamiento hará que se produzcan en poco tiempo algunos avances técnicos en forma de servicios innovadores.

Es posible incluso que el Órgano Internacional dedicado al desarrollo de las tecnologías web y que se reunirá en Asamblea Mundial en Madrid el año próximo, arroje algo de luz sobre estos aspectos.

Grados de conexión y experimento de los Grados de Separación


Las redes se basan en el principio de los grados de conexión.

Hacen posible contactar con personas, formar grupos directos entre gente que interactúa entre si, a través de círculos de conexión.
Estas redes que ya conocemos, permiten dar visibilidad a nuestra red de contactos, los amigos que tenemos, consiguiendo que otras personas puedan ampliar sus redes a través de las nuestras y acceder a personas a las que les hubiese sido imposible sin esta visibilidad. Esto es, grados de separación.

La teoría de los Seis grados de separación intenta probar el dicho de "el mundo es un pañuelo", dicho de otro modo,cualquiera en la Tierra puede estar conectado con cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces).

La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en una corta historia llamada Chains.

El concepto está basado en la idea que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.


Esto se relaciona con los grados de conexión, en que todos estamos conectados con todos, dicho de otra manera, si yo en mi red social agrego a un amigo, y ese amigo a su vez tiene otro amigo, yo puedo ver el perfil de esa persona e interactuar con él a través de un diálogo. Por lo tantos, todos estamos conectados entre si.

Gracias a los grados de conexión es posible que estemos conectados con muchas personas.

En 1967, el psicólogo estadounidense Stanley Milgram ideó una nueva manera de probar la teoría, que él llamó "el problema del pequeño mundo".

El experimento del mundo pequeño de Milgram consistió en la selección al azar de varias personas del medio oeste estadounidense, para que enviaran tarjetas postales a un extraño situado en Massachusetts, situado a varios miles de millas de distancia. Los remitentes conocían el nombre del destinatario, su ocupación y la localización aproximada. Se les indicó que enviaran el paquete a una persona que ellos conocieran directamente y que pensaran que fuera la que más probabilidades tendría, de todos sus amigos, de conocer directamente al destinatario. Esta persona tendría que hacer lo mismo y así sucesivamente hasta que el paquete fuera entregado personalmente a su destinatario final.
Aunque los participantes esperaban que la cadena incluyera al menos cientos de intermediarios, la entrega de cada paquete solamente llevó, como promedio, entre cinco y siete intermediarios.

Los descubrimientos de Milgram fueron publicados en "Psychology Today" e inspiraron la frase "seis grados de separación".

El software germinal de las redes sociales parte de la teoría de los Seis grados de separación, según la cual toda la gente del planeta está conectada a través de no más de seis personas.

De hecho, existe una patente en EEUU conocida como six degrees patent por la que ya han pagado Tribe y LinkedIn.

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